(obra de teatro que improvisaron las nenas en enero... invitaron a papá y mamá con entradas que ellas mismas habían confeccionado.... fue una "presentación sorpresa")
Conectar a los niños con la fascinante experiencia de vincularse con los títeres es una posibilidad que no debemos descartar.
Es importante que los niños participen tanto como espectadores y como productores de esta manifestación estética.
Es necesario que asistan a variadas representaciones con títeres, desde la presentación de un personaje, la dramatización de un breve diálogo o escena hasta una obra de teatro.
No debemos olvidarnos de mostrar que el títere es un personaje, con rasgos físicos y de carácter. Por lo tanto hay que ir atribuyéndole rasgos a ese muñeco (es enamoradizo, miedoso, olvidadizo…), hay que imaginarle una historia, una voz. No olvidemos la vestimenta ya que ayudará mucho a la caracterización. En cuanto a los movimientos deben ser medidos…El títere es más expresivo cuanto menos se mueve. Imaginar movimientos típicos del personaje.
En un lugar de la casa el niño tendrá que encontrar distintos materiales (que pondremos con premeditación) a fin de sentirse seguro que podrá construir el personaje que tiene en su imaginación. Mamá, papá, los hermanos o cualquier otra persona cercana acompañarán el proceso. Por ejemplo: mamá muestra como camina su títere y le pedirá al niño que haga lo mismo con el suyo; o propondrá a los títeres bailar juntos con una melodía agradable.
Construir y jugar con títeres, además de estimularle la creatividad, le abre un mundo para la expresión y la comunicación; títere y niño serán uno solo, el pequeño le otorgará vida propia en base a sus vivencias.
Estas son algunas propuestas para jugar con los títeres:
Desde la improvización:
Area de la expresión oral: Recitar o cantar con el títere, diálogo o monólogo improvisado, recreación de cuentos o historias breves, juegos con adverbios: el títere camina lentamente, rápidamente, triste, alegre…el títere saca objetos de una caja, el niño los nombra y adjetiva…
Esquema corporal: El pequeño necesita formarse una idea de su cuerpo. El títere tocará partes del cuerpo (Ej; acaricia la cabeza, le cierra los ojos, le estira la oreja, etc)
Estructuración temporal: Con los toc-toc o claves (palitos de madera que se golpean entre sí) marcar el ritmo para que el títere camine lento, rápido, etc. Por medio del títere, el niño cuenta qué hizo ayer, esta mañana…
Percepción visual y coordinación visomotora: El títere juega al Veo- veo, el niño adivina, el niño da órdenes el títere las cumple. Jugar al espejo con dos títeres: uno imita al otro y si hay varios niños, ellos imitan a los títeres.
Percepción auditiva: El títere tiene una campanita. Un niño con los ojos vendados juega a localizarlo, el títere reproduce sonidos onomatopéyicos, batir palmas con diferentes ritmos, el títere hace lo mismo.
Madurez psicosocial: Con un títere en la mano el niño se desinhibe; aún el más tímido se sentirá protegido, escudado en el muñeco. Con tiempo se comunicará y comenzará a hablar con naturalidad.
En estas improvisaciones existen una serie de acciones y un conflicto. Las mismas pueden contar con espectadores o no.
La representación:
La representación consistirá en la obra de teatro que se lleva a cabo, respondiendo a un texto escrito y que debe ser ensayada y dirigida. Dentro de estas representaciones incluiremos las realizadas por los mismos chicos y las realizadas por titiriteros para un público infantil. Esta actividad será muy enriquecedora pero el niño no gozará de la misma libertad que en el juego, manipulará su títere y lo hará actuar sin jugar, siguiendo las directivas de los adultos y acotando los diálogos a un guión previamente establecido. Lo que debemos tener muy en cuenta es que al manipular el títere el niño pueda expresarse sin exigirle una calidad artística.
Queridas mamás las dejo con una afirmación de Roberto Vega en "El Teatro en la Educación":
… “las posibilidades educativas del teatro responden directamente a la nueva ética de la educación , que tiende a hacer del individuo protagonista de su propio aprendizaje y su desarrollo cultural , haciendo pasar el eje de la actividad por el alumno; tal actitud democrática da responsabilidad a los educandos en el proceso de crecimiento, propone soluciones como individuos y como grupo, y con la posibilidad de encontrarlas y también de equivocarse…”
Con cariño.... Cristina.-
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