martes, 26 de julio de 2011
Cursos y talleres para nuestros hijos.... ¿cuáles? ¿cuántos? ¿dónde?????
Hola! Acá nos reportamos desde el país "Vacaciones", jeje. Acabamos de regresar de un mini viaje a la ciudad, y bueno, estoy reorganizando algunas cosas con la intención de publicar algunas en el blog.
Les comentaba en otros post que Gaia asiste a clases de teatro. No hay demasiadas opciones por aquí (accesibles) en cuanto a cursos y talleres, y ésta le pareció fantástica desde el primer momento. Pero al finalizar éste, su segundo trimestre, me ha dicho que ya no quiere ir más. Le pregunté cual era el motivo (la verdad me extrañó mucho, porque la veía realmente entusiasmada con la actividad) y me dijo que ya no le gustaba tanto. Quedamos en que ya no asistiría a las clases, pero que tenía que terminar de hacer las presentaciones que restan de su última obra, cosa que entendió perfectamente.
Y bueno, hablé con el profe y ya no inició este trimestre. Creo que Gaia tuvo un muy buen acercamiento con la actuación, de manera natural, lúdica y práctica 100%.
Por suerte, tanto papá como yo estamos de acuerdo en no obligar jamás a seguir con una actividad que no quiere hacer. No creemos que esto sea perjudicial, y mucho menos que genere adultos que jamás terminan lo que empiezan.
Más bien siento que Gaia, con sus 7 añitos, NECESITA descubrir, experimentar, vivenciar nuevas experiencias. ¿Cómo elegir qué es lo que más le gusta si antes no prueba muchas cosas?
¿Cuántos abogados, arquitectos, doctores infelices (por nombrar algo) hay diseminados por el mundo, tan sólo porque empezaron una carrera, se dieron cuenta de que no era lo que querían hacer, y sus papás los obligaron a terminar, o ellos mismos se obligaron a hacerlo?
Sin ir tan lejos, recuerdo que cuando vivía en Guadalajara y enseñaba guitarra en la Casa de la Cultura de allá, tenía una alumna pequeña (9 años) que ODIABA la guitarra, literalmente. No iba ni para atrás ni para adelante. Hablé con ella y le pregunté si realmente estaba a gusto, si quería estudiar guitarra, y me contó que no le gustaba nada, que odiaba estar practicándola, que ella amaba bailar (de hecho bailaba desde pequeña y era excelente). Decidí hablar con la mamá y le expuse que a la nena no le gustaba estudiar guitarra, y le hablé de lo nocivo que era seguir obligándola. Y la madre me respondió que su hija iba a seguir yendo a guitarra, porque no se trataba de que le gustara o no, sino que debía terminar su curso.
(esperando que dicha madre jamás lea esto, les cuento que cuando yo me enteré de esta situación dejé que la nena se relajara en la clase, la convertí en mi ayudante, nunca más la insté a tocar, y a partir de ahí descubrí que tenía una enorme y preciosa sonrisa).
... de maestros y MAESTROS:
También hay otra cuestión en todo este rollo de los cursos y talleres: los MAESTROS.
Puede que mi hija quiera estudiar violín, porque le gusta, porque tiene la iniciativa para hacerlo... y yo le busco una clase de violín, pero el profe es terrible, antiguo, rígido, cerrado, y lejos de cultivar el amor por el instrumento, hace que mi hija termine odiándolo. Seguramente mi hija crecería convencida de que odia el violín, de que no es una alternativa para ella. ¿y si tal vez lo era?
Un mal maestro puede engañar a los chicos y hacerles creer que no les gusta algo que en realidad sí.
Por el contrario, si los chicos deciden que no les gusta la actividad que empezaron y tuvieron un buen maestro, se irán con un buen sabor en la boca, tomarán todo lo aprendido y lo añadirán a su bagaje de experiencias, y continuarán su búsqueda.
Es muy importante, a la hora de buscar un taller, no fijarnos sólo en el precio, en los horarios y en la cercanía del centro con nuestra casa.... hablen con los maestros, sean psicólogos, sociólogos, hurguen cual es la visión de ese maestro, cómo pretende enseñar, qué piensa. Obsérvenlo.
Si deciden enviar a los hijos al taller, pregunten cómo les fue, qué hicieron, qué les gustó, qué no les gustó.
Háganlo por el bien de futuros músicos, pintores, bailarines, químicos, deportistas, etc. ;)
Recomendaciones para elegir una actividad:
- Motiva a tus hijos a que hagan alguna actividad, pero jamás los obligues ni les impongas tus gustos
- Una vez que tus hijos hayan elegido, proponeles hacer una clase de prueba para que ellos conozcan mejor de qué se trata.
- Una vez que iniciaron la actividad elegida, esperá un tiempo para ver si realmente le gusta.
- No utilices estas actividades como forma de premiar o castigar a tus hijos.
- No apuntes a tus hijos a más actividades de las que son capaces de sostener, porque pueden terminar agotados.
- Es muy importante que los chicos acudan a su actividad con alegría e ilusión, si observás lo contrario averiguá el motivo hablando con ellos al respecto.
- Conocé a los maestros e investigá qué metodología utilizan, si usan castigos o cualquier otra cosa que sea contraria a tu manera de ver las cosas, o que pueda ser perjudicial para tus hijos.
Y si tus hijos no quieren apuntarse a nada.... no pasa nada!! no estarán perdiendo el tiempo ni la oportunidad de prepararse para el futuro. Seguramente ellos quieren emplear SU tiempo en otras cosas, que serán tan o más valiosas que el curso.
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