Los niños se fascinan con los títeres. Ellos saben bien que no están vivos, sin embargo hablan con ellos y les hacen caso como si fueran una persona real. Los consideran como un personaje casi mágico y por eso se asombran ante una representación en la que el muñeco se desplaza por el escenario y dialoga espontáneamente con ellos. A medida que se trabaja con títeres los niños se introducen en un mundo de fantasía donde la imaginación juega un papel preponderante.
En el plan pedagógico esta situación permitirá al niño hablar, mejorar su lenguaje y enriquecer su vocabulario.
Pero… para que esto suceda tienen que ir despacio. ¿Qué quiero decir con esto? En primer lugar los nenes deben realizar sus propios muñecos, manipularlos, ensayar diferentes movimientos, improvisar diálogos, y los adultos deben dejar que ellos manifiesten sus entusiasmos sin ninguna traba, aceptando todo lo que aporten de su mundo interior. Recuerden que el objetivo primordial será favorecer la práctica de la oralidad y para ello deben actuar como observadores y asistentes, colaborando en caso que se presenten las dificultades...
... SIEMPRE AYUDANDO… NO HACIENDO.
Los títeres:
Hay muchos tipos tipos de títeres y todos son muy divertidos. Encontramos los títeres manopla (los que se ponen como guantes), los títeres para dedos (cada uno va en un dedo de la mano), los títeres palito (se hacen con palitos de helado o sorbetes), títeres de papel (usando bolsitas de papel) y todos aquellos que la imaginación de un niño pudiera crear. Por eso, es necesario que al iniciar la actividad el niño cuente con diversidad de materiales para poner en juego su capacidad creadora.
Aquí les nuestro algunos ejemplos:
En la próxima entrega veremos cómo "jugar" con los títeres...
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